Decimos que estos modelos de zapatos son de uso habitualmente masculino, pero no es raro encontrar modelos de mujer. Lo contrario, sin embargo, no ocurre.
Empezamos por los zapatos más escuetos en uso de material, es decir, zapatos de verano, abiertos, sin cordones, que dejan a la vista el tobillo. Terminamos con botas y botines.
Los mocasines son zapatos sin cordones, de suela plana y con una punta ligeramente redondeada. Están disponibles de materiales variados: piel, serraje, ante,… Muy elegantes, sí, pero un paso por detrás de modelos que veremos más adelante. Al no ser completamente cerrados, es un calzado asociado a estaciones del año menos frescas. Su mayor particularidad quizás sea que pueden calzarse de una vez, de forma rápida.
Los loafers y los castellanos son zapatos parecidos a los mocasines, pero al mismo tiempo completamente distintos. Ya. Si yo te entiendo, pero es que así. No tienen cordones, la punta la tienen redondeada y suelen ser de suela plana, aunque a veces tienen un poco de tacón. A diferencia de los mocasines, que vienen es aspecto más rústico, más campechano, los loafers suelen ser más sofisticados. Los loafers te los llevarías al bautizo del hijo de tu prima, la pija, en un hotel del barrio Salamanca de Madrid, los mocasines te los llevarías a la comunión de tu sobrina en una dehesa de Extremadura.
Es un zapato de forma similar al mocasín, pero hechos con una suela más gruesa y acompañados de esos cordones clásicos de cuero, de forma cuadrada, que habrás visto mil veces y que no sirven para nada, pero que son lo que realmente caracteriza a este calzado. Fíjate que la suela de este mocasín que acompaña al texto. Podría ser perfectamente la suela de unas VANS, pero al llevar ese cordón se convierten automáticamente en unos náuticos. La magia de la industria de la moda. En realidad, en unos náuticos, la suela es importante, pues, como si propio nombre indica, el suelo puede estar húmedo y necesitas algo que agarre.
Modelo de calzado de uso habitualmente masculino, cerrado, con cordones finos, un poco de tacón y caracterizado por ser la elegancia hecha zapato. Van bien con traje y con vaqueros. No solo son elegantes por sí mismos, además es la etiqueta que se les coloca siempre: «los zapatos para ir elegante». Llevando estos zapatos, la gente dirá «qué tío más elegante» sin importar si vistes un chándal amarillo chillón. Disponibles en multitud de materiales (cuero, ante) y, habitualmente, en colores oscuros. Tiene su origen en las universidades de Oxford y Cambridge, en la Inglaterra del siglo XIX.
Se pone complicada la cosa. Aquí somos más de zapatillas minimalistas y las diferencias entre modelos empiezan a ser demasiado sutiles. A ver cómo salvamos la papeleta.
Según hemos visto por ahí, un zapato Blucher es muy similar a un Oxford, con dos diferencias, obvias para algunos, insignificantes si lo tuyo son las Air Max: están hechos de una sola pieza de material (los Oxford estarían hechos por dos o más piezas de material cosidas) y las solapas cierran completamente al apretar los cordones (en los Oxford no es así).
De nuevo, otro zapato que define como zapato con cordones. Similar a los dos anteriores, pero con las solapas de la cordonera más amplia y más flexible. No ponemos foto porque va a ser un zapato similar a los anteriores, y porque no tenemos ninguna marca en Brandsbeats que los venda.